El punto de partida es un cambio en el sentido del papel del profesor que abandona su posición tradicional de transmisor de contenidos. Creo firmemente que esta función convencional del docente tiene una parte considerable de la culpa en volver detestable el proceso de enseñanza; los estudiantes de la secundaria diversa de hoy día rechazan esta función informativa la mayor parte de las veces puramente verbal tan árida y aburrida. No sirve para los tiempos actuales. Ahora ya no puede saltar en el tiempo un ciudadano de la Roma del siglo I al siglo XXI y reconocer inmediatamente una escuela, una clase, casi lo único que no ha cambiado en 2000 años.
Por eso creo que flipped classroom puede ser un giro y un nuevo estímulo. Se preparan materiales como vídeos, recursos web, audios que suplen este papel. En general mucho más vistosos e interesantes, y no solo por la novedad del formato. Las herramientas como playposit o edpuzzle son francamente revolucionarias: permiten creación y edición sencilla de vídeos, la incorporación de preguntas, proporcionan extraordinarios informes de calificación. No necesitan de equipamiento informático, del que tan escasos se encuentran la mayoría de los centros a pesar del 2016 casi 2017, porque los alumnos utilizan sus teléfonos o el ordenador de casa. Para comprobar los conocimientos adquiridos podemos emplear herramientas de gamificación como quizizz o socrative ideales para la preparación de cuestionarios o preguntas de forma divertida y que facilitan informes objetivos de calificación.
Es decir ya hemos sustituido la enseñanza unidireccional y las preguntas de retroalimentación habituales por herramientas técnicas que proporcionan las nuevas tecnologías de información y comunicación. Ahora disponemos del tiempo de clase para la realización de actividades prácticas, para la atención a la diversidad, en suma, para intentar ascender en los niveles de aprendizaje (taxonomía de Bloom) y no quedarse, como llevamos tiempo, en el "recordar" y "aplicar", estadios iniciales y básicos. Intentar "dar vuelo", dar altura a la actividad de clase. El último paso, que los estudiantes, debidamente asesorados, se conviertan en "productores de contenidos" que elaborar "cooperativamente" y muestran, enseñan. Se cierra el círculo de la clase al revés. Domina la voz del estudiante.
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